Desde su planta en el corazón de Salt Lake City, Utah, PROBAR se dedica a transformar ingredientes naturales en barras de proteína deliciosas y nutritivas, pensadas especialmente para quienes buscan opciones de calidad.

La filosofía de PROBAR es simple: respetar al máximo cada ingrediente y ofrecer una alternativa saludable en su estado más puro. A diferencia de otras barras energéticas que suelen pasar por complejos procesos de cocción, las barras de PROBAR se elaboran con ingredientes de origen vegetal que no se hornean. Este enfoque permite preservar su frescura y perfil nutricional, manteniendo intactos los beneficios de cada alimento que las compone.
Así se hace las barras de proteína de PROBAR

Pesado cuidadoso de los ingredientes
Todo arranca con el pesado preciso de cada ingrediente. Esto garantiza que cada barra tenga las cantidades justas para ofrecer el equilibrio perfecto.
Mezcla con técnicas especiales
Para mezclar los ingredientes, PROBAR utiliza un mezclador vertical en espiral, una pieza especializada que permite mantener intactas tanto la textura como las propiedades originales de cada componente. A diferencia de las máquinas industriales tradicionales que trituran y rompen los ingredientes, este equipo avanzado combina los alimentos de manera delicada, integrando cada sabor y textura sin dañar sus cualidades naturales.
Combinación de ingredientes clave
En esta etapa, se añaden cuidadosamente siropes naturales, crujientes de proteína, chispas de chocolate y mantequillas de nueces, todos seleccionados por su calidad y valor nutritivo. Estos ingredientes se integran de forma gradual y delicada, permitiendo que cada uno conserve su sabor y textura únicos mientras se mezclan hasta alcanzar una consistencia perfectamente equilibrada.
Enfriamiento en una placa fría
La mezcla luego se extiende cuidadosamente sobre una placa de enfriamiento, un paso crucial que permite que los ingredientes comiencen a compactarse de manera uniforme. A medida que se enfría, la masa adquiere mayor firmeza y consistencia, preparándose para los siguientes pasos de moldeado.
Ajuste de peso y densidad
La mezcla pasa por un conjunto de rodillos de compresión que la transforman en una lámina uniforme. Este paso es fundamental para obtener el grosor y peso adecuados en cada barra, garantizando que la densidad sea la misma en cada porción.
Enfriamiento y corte
La masa pasa por un túnel de enfriamiento y luego se corta en barras con una cortadora longitudinal, ajustando cada barra a su tamaño específico.
Baño de chocolate
Llega el momento favorito: ¡el baño de chocolate! Cada barra se sumerge en una rica capa de chocolate, cubriéndola de manera uniforme para realzar su sabor y darle un toque indulgente. Para asegurar que el recubrimiento sea perfecto sin añadir peso extra, se utiliza una suave corriente de aire que retira cualquier exceso de chocolate, manteniendo la barra balanceada y dentro de los estándares de calidad.
Enfriado y revisión manual
Una vez que las barras han sido bañadas en chocolate, se dirigen a una última etapa de enfriamiento, donde se estabiliza la cobertura y se fija la textura perfecta. Este proceso asegura que el chocolate se endurezca adecuadamente, manteniendo su brillo y firmeza. Después de enfriarse, cada barra pasa por un minucioso control de calidad, donde se revisa cuidadosamente a mano.
Sellado para frescura y control de calidad con rayos X
Las barras pasan por una máquina especialmente diseñada que las sella con nitrógeno, un proceso clave para preservar su frescura y calidad por más tiempo. Al reemplazar el aire dentro del empaque, el nitrógeno previene la oxidación, lo que extiende la vida útil de las barras sin recurrir a conservantes artificiales. Este método innovador garantiza que cada barra llegue a su destino manteniendo el mismo sabor y frescura que tenía justo al salir de la planta.

Además, para proporcionar un control de seguridad adicional, Probar emplea tecnología avanzada de rayos X en lugar de los tradicionales detectores de metal. Este sistema de rayos X es mucho más preciso, permitiendo la detección de posibles contaminantes, incluso aquellos que son más pequeños o invisibles a simple vista. Esta rigurosa medida de seguridad garantiza que cada barra sea 100% segura para su consumo, manteniendo los más altos estándares de calidad y protección para sus consumidores.
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